martes, 28 de octubre de 2014

RAILAY: UN LUGAR PARA LA AVENTURA

Des del aeropuerto de Don Muang de Bangkok volamos a Krabi, en el sur del pais. De alli fuimos en un bus local a Ao Nang para coger una barquita hasta Railay. Railay no es exactamente una isla, sino que esta unida en parte a la peninsula; pero esa union esta formada por unas formaciones rocosas tan abruptas que hacen imposible acceder por tierra y tienes que hacerlo por mar. Mientras ibamos en el bus observamos a una parejita al lado nuestro y nos parecio oirlos hablar en catalan. Les preguntamos y resulto que eran de Barcelona. Ellos son Ivan y Ona y, sin saberlo aun en ese momento, se ha ido forjando una bonita relacion de amistad entre los cuatro y se han convertido en nuestros compañeros de viaje. Nos explicaron que estan viajando por el mundo durante once meses. Estuvieron en la India y despues dieron el salto a Tailandia. Casualmente tambien iban a Railay, asi que compartimos la longtail boat (que es la barca tipica de aqui) y, una vez llegamos alli y nos alojamos, fuimos a cenar juntos y estuvimos charlando sobre su viaje, el nuestro y demás cosas de la vida. A la mañana siguiente, recien desayunados, nos pusimos en marcha los cuatro con dos kayaks que alquilamos. Fuimos bordeando la costa e hicimos la primera parada en medio de una cueva formada por dos roca. A lo lejos, pero que muy lejos, observamos un par de islas deserticas que tenian muy buena pinta. Nos miramos los cuatro y para alla que fuimos. Despues de mas de una hora y media remando, llegamos a la primera. No habia nadie por alli. Era un autentico paraiso de postal, con arena blanca y aguas transparentes. Estuvimos bañandonos y haciendo mil fotos y al rato fuimos remando hasta las siguientes dos islas tambien sin habitar, que tenian una forma peculiar con un tramo de arena en medio que las unia. Alli habian dos barcas mas de turistas y nos enteramos que eran las islas Poda y Chicken. Lo extraño era que mirasemos donde mirasemos no habia kayaks.... Eramos los unicos "colgaos" que habiamos llegado remando hasta alli. El clima era espectacular: sol, mar en calma y temperatura agradable. Fuimos bordeando la isla y en una zona rocosa nos paramos a hacer snorkel para ver el fondo marino que estaba lleno de peces. Despues de un buen rato, Juan propuso que nos fueramos; ya que teniamos un buen trecho hasta Railay. La vuelta fue, buff!!!, apoteosica... Empezo a cambiar el tiempo, se levanto viento (que nos iba en contra), el cielo se lleno de nuves grises, las olas cada vez eran mas grandes y se puso a llover. La lluvia se convirtio en tormenta, el cielo estaba negro, las olas nos sacudian el kayak y teniamos que remar cada vez mas fuerte. Incluso nos costaba divisar la linea de costa donde se suponia que teniamos que llegar. Con Ivan y Ona nos perdiamos de vista, pero decidimos seguir adelante para llegar lo antes posible y pedir ayuda para volverlos a buscar. Nos paso de largo una barca que iba mar adentro, dio alcanze al kayak de Ona e Ivan que les alertaron para que les rescataran y resulto que era un pirata de mar que les pedia dinero por el rescate. Ademas el tipo no paraba de reirse y flipaba de la locura que habiamos cometido al irnos tantos kilometros mar adentro con los kayaks. Cuando pasaron por nuestro lado nos dijeron si queriamos subir a la barca pero ya nos quedaba poco para llegar a tierra y era cuestion de orgullo espartano, asi que decidimos seguir hasta el final. Pasada la aventura, y una vez en tierra sanos y salvos, nos pegamos una buena ducha y nos fuimos a cenar y a tomarnos unas merecidas cervezas. El dia fue sensacional, ya que a pesar de la tormenta de ultima hora, pudimos disfrutar de unas islas con playas paradisiacas y del asombroso paisaje escarpado que forma la roca caliza, tan caracteristico y pintoresco de Railay. Nos despedimos al dia siguiente de Krabi para tomar rumbo al siguiente destino: Koh Lanta.

1 comentario:

  1. ¡Doy fe de la historia! Me acuerdo que soñé con el kayak y todo! Buen viaje de vuelta chicos!

    Ona

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